[…] La flota partió de Sevilla a cañonazo limpio en agosto de 1519, y se hizo a la mar desde Sanlúcar al mes siguiente.
[…] Las diferencias entre Magallanes y los capitanes de las otros barcos, que eran españoles, no tardaron en aflorar durante el invierno patagón. Se produjo un motín. El portugués lo sofocó a tiempo y ajustició a sus instigadores.
[…] Dio orden de proseguir hacia el sur. Hacía frío, y el mar era difícil de navegar. El 21 de octubre dieron con él. Le llamaron «Estrecho de las Once Mil Vírgenes», aunque ha pasado a la historia como Estrecho de Magallanes. A la salida se encontraron con el océano más grande del planeta, la mayor masa de agua del sistema solar. Y tenían que cruzarlo…
[…] La travesía del Pacífico fue agotadora y se cobró muchas vidas a causa del escorbuto. «La galleta que comíamos no era ya pan sino un polvo mezclado con gusanos, que habían devorado toda su sustancia, y que tenía un hedor insoportable por estar empapado en orines de rata», precisa Pigafetta en su diario. Acabadas las provisiones, terminaron comiendo serrín y el cuero del palo mayor, previamente remojado y cocido. En cuanto a las ratas de a bordo, todas desfilaron por la cazuela.
Puedes seguir la descripción del viaje de Magallanes, aquí. Por Fernando Díaz.
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